Cuando a veces en la noche
se me clava tu nombre
en el corazón,
en la mente y en el alma…
Allí donde no llegan
las sinrazones,
la desidia
ni el abandono.
Siento
que aún vibra la luna
y que la primavera
aún precede al verano.
Y que,
aunque el amor es efímero,
como la primavera
siempre vuelve.
O que quizá nunca se marchó
definitivamente.
Porque,
¿si todo acabó?
¿por qué llegamos a renunciar
a tanta dicha?
¿Por qué las palabras,
que de repente
levantan tempestades,
provocan al final tanto silencio?
¡Qué amargo desconsuelo
provoca la distancia!
Hoy evoco
nuestras tardes tranquilas,
nuestras manos unidas,
miradas aliadas en pura sintonía.
¡Qué puro aquél momento!
¡Qué magia lo envolvía!
Y ahora, ¡cuan difícil!
salvar la lejanía.
Pensar que sólo un gesto,
un paso bastaría...
Pero que difícil
y que imposible
dar ese primer paso.
Hay tanta oscuridad
en el espacio, tantas noches
tan grandes y tan solas,
tanta congoja
y lágrimas contenidas.
¿Qué rencor sobrevino
para apagar tanto fuego?
¿Cuantas palabras vacías?
¿Se habrá perdido todo?
¿No habrá nuevas pérdidas?
Hoy aún no he olvidado
tus ojos ni tus manos,
ni tu boca,
ni ese gesto tan tuyo
que a mí me enardecía.
Aún recuerdo tu aliento
en mi boca,
tu susurro de menta,
el beber de tus labios
la savia de la vida.
Pero ya no es,
no será,
ya se ha perdido todo
menos esta agonía
que el desamor provoca
en mi alma contrita.
se me clava tu nombre
en el corazón,
en la mente y en el alma…
Allí donde no llegan
las sinrazones,
la desidia
ni el abandono.
Siento
que aún vibra la luna
y que la primavera
aún precede al verano.
Y que,
aunque el amor es efímero,
como la primavera
siempre vuelve.
O que quizá nunca se marchó
definitivamente.
Porque,
¿si todo acabó?
¿por qué llegamos a renunciar
a tanta dicha?
¿Por qué las palabras,
que de repente
levantan tempestades,
provocan al final tanto silencio?
¡Qué amargo desconsuelo
provoca la distancia!
Hoy evoco
nuestras tardes tranquilas,
nuestras manos unidas,
miradas aliadas en pura sintonía.
¡Qué puro aquél momento!
¡Qué magia lo envolvía!
Y ahora, ¡cuan difícil!
salvar la lejanía.
Pensar que sólo un gesto,
un paso bastaría...
Pero que difícil
y que imposible
dar ese primer paso.
Hay tanta oscuridad
en el espacio, tantas noches
tan grandes y tan solas,
tanta congoja
y lágrimas contenidas.
¿Qué rencor sobrevino
para apagar tanto fuego?
¿Cuantas palabras vacías?
¿Se habrá perdido todo?
¿No habrá nuevas pérdidas?
Hoy aún no he olvidado
tus ojos ni tus manos,
ni tu boca,
ni ese gesto tan tuyo
que a mí me enardecía.
Aún recuerdo tu aliento
en mi boca,
tu susurro de menta,
el beber de tus labios
la savia de la vida.
Pero ya no es,
no será,
ya se ha perdido todo
menos esta agonía
que el desamor provoca
en mi alma contrita.
Rosario qué poema más maravilloso y cuanto dolor refleja, cuando un amor se termina siempre queda algo en el corazón que impide nos olvidemos de los momentos felices.
ResponderEliminarMe he sentido muy identificada con tu poema, yo también pasé por algo pareceido.
Felicitaciones por tus letras.
Sandra
Y es que a veces de tanto amar nos vemos obligados a renunciar al amor por diferentes motivos dejándonos viviendo la agonia del desamor.
ResponderEliminar¡Magnífico!
Saludos, Ernesto
A todos nos cuesta olvidar un amor como el que reflejas en tu poema, pero la vida sigue y hay que intentar encontrar nuevas ilusiones.
ResponderEliminarHermoso poema te felicito
Ismael
Hola Sandra, cómo estás?
ResponderEliminarEl amor, a veces es dolor porque el mismo dolor lo enaltece. Siento que te hayas sentido identificada, Sandra, porque eso implica que has pasado por esos duros momentos.
Animo amiga, todo pasa.
Besotes y gracias por tu comentario y amistad
Hola Ismael, cómo estás?
ResponderEliminarEfectivamente a todos nos cuesta olvidar un amor sublime y que pensábamos iba a ser eterno, pero, como bien dices, la vida sigue y no sabemos si nos puede reservar otros amores más bellos y tan bello como el que hemos perdido.
Gracias por tu comentario y amista.
Besotes, Ismael
Hola Ernesto, cómo estás?
ResponderEliminarComo bien dices, amigo, a veces nos vemos obligados a nenunciar al amor por diferentes motivos, o porque nos han dejado de amar o porque somos nosotros mismos los que hemos llegado a desencantarnos y deseamos levantar nuevos vuelos.
Gracias por tu visita y comentario, amigo.
Besotes